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Con lo que te ha costado conseguir esa caja para la que llevabas tiempo ahorrando. Después de investigar, comparar, ver reviews y leer artículos para decidir cuál era la que mejor te encajaba para montar el equipo a tu medida.

Ahora que ya la tienes montada y preparada para empezar a jugar, ¿vas a echarla a perder por no limpiarla y mantenerla adecuadamente?

Por supuesto, no hay que decir que todos y cada uno de los componentes del ordenador requieren mantenimiento y una limpieza regular para que el funcionamiento del equipo no se vea perjudicado.

Pero en este artículo nos vamos a centrar en la limpieza de la caja del PC.

En primer lugar, elijamos el lugar y preparemos los utensilios que vamos a necesitar para la correcta limpieza de la caja.

1. Busquemos un lugar donde el polvo y otras partículas desprendidas por el proceso de limpieza no puedan ensuciar alrededor. Es decir, ni habitación, ni salón, ni despacho. Una terraza, el jardín o un garaje serían perfectos

2. Los materiales que necesitamos tener a mano son pocos y fáciles de encontrar: brochas de distintos tamaños, un destornillador, un secador de pelo (aunque encontrarás quien te diga que necesitas un aspirador, con el secador de pelo bastará), alcohol y un paño similar al utilizado para limpiar cristales o espejos.

Lo primero que tendrás que hacer es dejar la caja libre de componentes. Es decir, vaciarla. Para ello debes abrirla y separar todos los componentes, incluidos los que forman la propia caja.

Es fundamental que busques los filtros que tiene la caja, que habitualmente encontrarás en las partes superior e inferior, así como en el frontal y la parte trasera. Dependiendo de la caja, encontrarás más o menos. Ten en cuenta que los filtros deben limpiarse con frecuencia ya que serán los encargados de atrapar ese polvo.

Lavar esos filtros es tan sencillo como ponerlos debajo de un grifo y dejar que el agua se lleve el polvo acumulado. Después, se extienden sobre un paño o toalla hasta que se sequen.

El resto de la caja se limpiará con una brocha y la ayuda del ventilador. Os llevará tiempo para aseguraros de que cada recoveco queda libre de polvo. Así, podréis alojar los componentes en una caja limpia, de verdad.

Por cierto, dedicaremos otros artículos a la limpieza de los diferentes componentes como las fuentes o la refrigeración.

Y tras estos pasos, sólo nos quedaría limpiar los laterales de cristal templado, en el caso de que nuestra caja los traiga así.

Para ello, podemos utilizar limpia cristales y un paño que no suelte pelusa.

Del mismo modo, el exterior de la caja se puede limpiar con alcohol y el mismo tipo de paño. Cualquier huella o rastro de polvo desaparecerá si lo hacemos así.

Y si además durante esta última fase de la limpieza utilizas guantes de algodón, el resultado será de estudio fotográfico.
¿Preparado para hacer que tu caja brille?

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